Proud book worm

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Reading is totally sexy...

miércoles, 20 de octubre de 2010

And in the end...

Primero que nada, gracias a la gente bonita que se tomó el tiempo de pasar y leer y seguir y dejar un comentario (osea, gracias a Christian, porque no sé quien más fue xD).
Y ahora sí a lo que vamos:



Esta tercera entrada de mi blog resulta ser ese escrito que no quiero hacer.
Esa palabra que no quiero decir.
Ese suspiro que sale sin mi consentimiento.
Esa sonrisa que se observa en mis labios pero no llega a mis ojos.
Son solamente cinco letras.
Dos consonantes.
Tres vocales.
Un adiós.

Creo que cuando al fin se logra decir, esa despedida final, no un hasta luego, no un nos veremos pronto, cuando al fin logras que salga de tu boca ese sonido ya no hay vuelta atrás.

Me es difícil creer que alguien quiera decir adiós, (pensando en ese punto final de los finales al que no le siguen dos puntos suspensivos).
Ni siquiera los suicidas.
Nadie quiere decir adiós.
Pero a veces es necesario.
Son cinco letras que algunas veces se vuelven necesarias para seguir adelante.
O para detenerse.
O para cerrar un ciclo.

A veces creo que para mí es más difícil que para otros (probablemente no sea así), porque en mi mala memoria no entra el olvidar sentimientos, el olvidar afectos.

Nunca he podido dejar nada atrás.
Pienso que el pasado es parte del presente.
Y las despedidas se van a un pasado pasado.
No debes recordarlas.

Es más difícil cuando necesitas decir adiós y no llega el momento oportuno.
Siempre hay algo malo y dañado y cansado que te dice hoy no.
Pero hoy o mañana o pasado, el adiós ya está ahí, en la punta de tu lengua, esperando saltar, esperando ser pronunciado.
Esperando que su destinatario lo escuche y la reacción adecuada.
¿Cuál es la reacción adecuada? Tal vez una inclinación de cabeza. Algo simple.
¿Cuál sería una reacción inadecuada? Probablemente una negativa de cualquier tipo. Porque nos regresa a un círculo vicioso.

Una vez más a empezar, a buscar la forma de decir adiós.

¿Siempre te querré? No, esa frase no sirve, no esperas querer siempre, esperas olvidar.
Quizás algún día… Tampoco, una gran mentira.

Se dice que cuando terminas algo que podía durar es un fracaso, los adioses son fracasos que encontramos en nuestro camino.
Dicen que los fracasos hacen crecer.

Difícil de creer.

Veamos:
No puedes olvidar si sigues cerca, si es alguien a quien te puedes encontrar al cruzar la calle, al subir las escaleras, al pasar un puente.
O tal vez puedas.

En ese caso solo queda intentar.

Bien…
Merde, alors.
A ti te diré adiós, por tu bien y más por el mío.
Porque a mí me importa siempre.
Yo lo pienso.
Yo lo escribo.
Y fin.
"De una vez por todas y en paz y basta"

No te voy a cansar con más poemas.
Digamos que te dije
nubes, tijeras, barriletes, lápices,
y acaso alguna vez
te sonreíste.
Julio Cortázar.

Prolegómenos a una antología del adiós.
Para decir adiós, pegue la boca al vidrio y estampe un beso. Luego, abróchese el abrigo porque hará frío y lloverá, y no habrá paraguas en el mundo que lo proteja.
Camine por esas calles destinadas a la risa pero que ahora están abandonadas, como si la gente supiera que usted está diciendo adiós sin maletas ni pañuelos, sin estaciones de trenes, aeropuertos, terminales de buses.
Usted dice adiós en el centro de su soledad.
Asuma su condición. Si desea, grite para que los pájaros –esos que huyen y se pierden en el cielo- sepan de qué condición se trata. A ellos les importa, sólo por un asunto de alas y de plumas previamente acicaladas.
Entiéndalo bien: a nadie le interesa que usted sea el despidiente o el despedido. Por esto, diga adiós sin estridencias. No utilice serruchos oxidados ni hojas de afeitar para rebanarse las venas. Si no desea más sangre en su vida, dónela. Toda. Verá que una buena acción también es un buen adiós.
No le cuente a familiares ni a amigos más cercanos de sus propósitos. Harían causa común y querrían despedirlo con globos y tralalás innecesarios.
Cosa su boca si es necesario. Con hilo vidriado para elevar volantines.
Quien calla, otorga. Si no lo sabía, ahora lo sabe.
Lilian Elphick.*

*Les recomiendo el blog Handle with care, ahí encontré el texto de Lilian Elphick.

jueves, 7 de octubre de 2010

Agradecimientos pertinentes

¿Alguna vez han escuchado la frase al César lo que es del César?
Hubo un tiempo en que mi madre la usaba mucho y es una de esas (pocas) enseñanzas que aún perduran en mi cabeza. Supongo que lo veo como una manera de decir que no todo fue malo.

Y aunque no me sienta con muchas ganas de hacerlo me parece adecuado y pertinente agradecer un par de cosas a un par de personas.

Hace casi año y medio que empecé la licenciatura en letras en la Universidad Autónoma de Zacatecas. Para mí nunca ha sido fácil empezar, ni las novedades, ni mucho menos eso de conocer gente nueva, pero esta vez no fue tan malo.

Conocí a unas cuantas personas que lograron hacer que el inicio de clases y casi ocho meses más fueran muy divertidos, con salidas y baile y pláticas y risas y películas y canciones y cigarrillos y alcohol.

Fue una buena relación de compañerismo, en la cual consideraba sorprendente poder convivir con varias mujeres a la vez sin ningún drama… Supongo que este hecho se puede considerar equivocado tomando en cuenta los acontecimientos que ocurrieron más delante de los cuales no vale la pena hablar.

Simplemente pienso que al llegar a conocer adecuadamente a la gente a veces uno se da cuenta que en realidad no son del tipo de personas con las que te gustaría convivir y mucho menos crear lazos de amistad. En este sentido Letras me ha dado por el momento a una buena amiga y un par de experiencias nuevas, algunos disgustos y lo contrario y lo que queda.

Pero sean las cosas como hayan sido o como vayan a ser, para mí hubiera resultado muy deprimente no tener a nadie en quien apoyarme al inicio.

Así que como dije antes al César lo que es del César: Muchas gracias por todo lo antes dicho y por las enseñanzas.

Y ya
Y borrón
Y cuenta nueva…

miércoles, 6 de octubre de 2010

Inconstantemente...


Siempre aconsejan no empezar a escribir justificándote, pero a mí nunca se me ha dado eso de seguir las reglas o los consejos o lo que se debería de ser o hacer.

Así que debo decir (aunque cualquiera que vea la fecha de la primera entrada de este blog puede notarlo) que soy una persona terriblemente inconstante. Prácticamente nunca puedo terminar lo que empiezo, por ejemplo mis fanfics largos tienen tres capítulos a lo más, no terminé de estudiar inglés aunque ya sólo me faltaba un trimestre, ni he pasado del inicio en mis clases de francés.

Sin embargo nunca he dejado de ir a la escuela, casi siempre que empiezo a leer un libro lo termino (a menos que lo pierda) y suelo intentar mantener las pocas amistades con las que cuento.
Tengo como regla general (hecha por mí, así que esa sí la sigo) no abandonar a la gente que quiero, nunca. This girl can’t walk out on people.

Una definición de inconstancia que encontré dice que es “la falta de estabilidad y permanencia en algo o la facilidad y ligerezas excesivas de cambiar de opinión, pensamiento, amistades, etcétera.”
Desde esta perspectiva tal vez inconstancia no sería la palabra adecuada, porque (como mencione arriba) no se aplica a todos los sentidos de mi vida.

Pero a falta de una mejor palabra lo dejo así, con la promesa de que haré todo lo posible para seguir actualizando, aunque nadie lea o deje comentario. Porque aunque me dirija en parte a un ustedes, a los millones de ustedes que están al otro lado de la pantalla, también escribo para mí.

Como esas cartas que a veces escribo un poco para todos, un poco para alguien en especial y un poco para mí también, pero ese ya es otro tema…